24/Enero/2021.
“aunque, si alguien pudiera confiar en sus propios esfuerzos, ese sería yo. De hecho, si otros tienen razones para confiar en sus propios esfuerzos, ¡yo las tengo aún más! Fui circuncidado cuando tenía ocho días de vida. Soy un ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha habido otro! Fui miembro de los fariseos, quienes exigen la obediencia más estricta a la ley judía. Era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra. Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho.”
Filipenses 3:4-7 NTV.
Hace unos meses comentaba con una amiga sobre no saber que compartir “¿No te pasa que Dios ha trabajado en tantos ámbitos en tu vida, que no sabes qué de todo compartir?” “Y qué bueno ¿No?, Privilegiadas.” Me atrevo a compartir con ustedes que esta etapa de mi vida, sin lugar a duda ha sido aquella en la cual Dios ha trabajado más en mi vida que en ninguna otra, pero sobre todo en mi fe. Lejos de hablar de la pandemia, Dios ha traído una serie de eventos agridulces a mi vida. En algunos busqué su paz, y en algunos otros su consuelo, hubo altas y bajas, pero en todo momento Dios estuvo y está presente.
Del infinito número de temas que se pueden tocar sobre la vida y empatarlos a la santidad cristiana y el camino de Dios, hoy les comparto sobre una verdad absoluta en la vida de un cristiano, “el camino que Dios traza sobre nuestra vida”. Una de las verdades que se hacía presente en mi vida cada día con más frecuencia era la siguiente: “prosigo más mi crecimiento personal a mi crecimiento espiritual”. Esto ciertamente dado por encontrarme anhelando un mejor trabajo, la maestría fuera del país, y el comienzo de negocios personales. Llevó a ocupar gran parte de mi tiempo en estas actividades que terminaban por reducir mi tiempo en la palabra. Ciertamente he vivido atormentada por esa realidad desde hace meses, y hace un par de semanas, platicando del tema con una tía me dijo “Brenda, cuánto más cerca estamos del Señor, más anhelamos lo que él quiere para nuestra vida. Si Dios dispone tu corazón al crecimiento personal, no es egoísta quererlo, siempre y cuando lo tengas a él por prioridad, y que todo sea para alabanza de su nombre” Dios nos va encaminando hacia nuestro propósito.
Todo lo que pasa en nuestra vida está diseñado para que forme parte de lo que somos e impacte hacia dónde vamos; donde nacimos, la familia que tenemos, la carrera que escogimos, nuestros amigos, nuestra pareja, las pruebas, la disciplina. Todo por lo que hemos pasado a lo largo de nuestra vida nos ha convertido en la persona que somos hoy, y está persona tiene un propósito delante de Dios, este camino que llevamos recorrido es parte del perfeccionamiento que el Señor está haciendo en nosotros. Sueños, anhelos, metas aun para quienes no las han establecido, el Señor las irá dando a su tiempo. Hoy tenemos metas como: encontrar un trabajo estable, terminar la escuela, viajar, mañana quizá la meta de formar mejores relaciones, casarnos, ser buena cabeza de hogar, formar una familia, comenzar un negocio, etc. Un ejemplo muy marcado en la biblia sobre personas que fueron cumpliendo el modelo destinado de su propósito es Pablo. Él es uno de los principales personajes en la biblia en quién podemos ver esta trascendencia, desde quién era hasta la persona que Dios fue perfeccionando conforme a su propósito.
Hechos 22:1-21.
Algunas de las principales características del apóstol son las siguientes:
1. Romano.
¿Qué influencia tenía su nacionalidad en el propósito que Dios tenía en su vida?
Como sabemos, el imperio romano era muy grande dado por sus conquistas, pero su capital era sumamente pequeña. Para evitar que los pueblos conquistados se amotinaran contra la capital, algo llamado “sedición”, el imperio creaba censos para que todos volvieran a su lugar de origen y así sólo tener ciudadanos romanos en la capital. Esto permitía que sólo los ciudadanos romanos viajaran con libertad por el imperio, y aquí es cuando entra Pablo, el predicador de los gentiles, quién viajaba libremente para predicar de la palabra, era el único de los 12 apóstoles que podía hacerlo.
2. En el conocimiento de la escritura (Filipenses 3:4-6)
“circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo.”
Hablemos de la escuela de Pablo en cuanto a la palabra de Dios, en filipenses 3 se hace llamar a sí mismo Fariseo, conocedor de la ley mosaica y judío, de la tribu de Benjamín. Uno de los principales fundamentos de su estudio fue haber sido instruido a los pies de Gamaliel, doctor de la ley y venerado por el pueblo (Hch. 5:34), también se cree haber sido instruido por el Señor (“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado ...”) en 1 Co. 11:23. Pablo era perseguidor celoso de la iglesia, a quién a su corta edad se le dio cartas para para realizar tales acciones. Se podría decir que Pablo era mención honorífica en cuanto a la escritura de la palabra.
3. Cultura Helénica.
La cultura en la que creció Pablo se denomina “Helénica”, ideología proveniente del periodo del gobierno de Alejandro Magno, quién se encargó de propagarlo a las naciones junto con sus sátrapas. Esta rama de pensamiento intelectual materializaba la metodología científica, matemática, filosófica y estética, esto convertía a Pablo en un clásico intelectual.
Podemos ver a Pablo ejercitando este conocimiento en Atenas (Hch. 17:22-31) en el areópago donde generalmente se llevaban a cabo las discusiones intelectuales entre las distintas casas de pensamiento. Pablo fue llevado a un gran conocimiento secular proveniente de su cultura, y a un pensamiento esotérico proveniente del judaísmo, esto hacia posible crear esta sinergia de conceptos que llevaron a gentiles, intelectuales y judíos a los pies de Cristo.
Todas estas cualidades, aun tan diferentes entre sí, llevaron a Pablo a ser un hombre entregado a Dios, que dio su vida por el evangelio. Todo lo que Dios dispuso en su vida para formar su persona, tuvo un propósito en la glorificación del nombre de Cristo. El Señor ha dispuesto situaciones, personas, lugares, y deseos en nuestra vida que tarde o temprano nos llevarán al cumplimiento de su propósito. Tengamos siempre presente que en el camino a ese cumplimiento y a ese perfeccionamiento que nos dará el Señor, nuestro principal anhelo hoy y por los siglos debe ser Cristo.
La biblia está llena de personas que sacrificaron su vida por amor a la palabra, el Señor los puso en contextos diferentes y todos terminaron por glorificar a Dios, cada uno cumpliendo en sí un propósito distinto.
Brenda Álvarez.
Comentarios
Publicar un comentario