26/Enero/2021.
“De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos.”
Salmos 78:7 NTV.
Puedo casi asegurar que hoy en día, olvidaste algo: las llaves, llamarle a tu amigo o algún pendiente. Somos olvidadizos, es parte del ser humano. Sin embargo, hay un serio problema cuando ponemos el olvido y a Dios en la misma ecuación.
Cuando olvidamos sus promesas, cuando olvidas el sacrificio de Cristo en la cruz por nosotros, cuando olvidas su amor, es ahí donde estamos en un gran problema. Y es que, por lo regular, el olvido es tan sutil y progresivo, dejamos de darle la importancia y el lugar a Dios de poco a poco.
El olvido puede ser por varios factores:
- Somos seres limitados, olvidar es parte de nosotros.
Cuando nos suele ir bien y piensas que “no necesitas” nada, es cuando olvidas la cruz, olvidas sus gloriosos milagros, como en Deuteronomio 8:11 advierte Moisés acerca del olvido que puede traer la prosperidad, donde recibimos más de lo que agradecemos.
- En la urgencia, buscamos a Dios como botiquín de primeros auxilios, el Señor en su misericordia responde y bendice, después agradecemos y olvidamos, y así se repite el ciclo.
Entonces es de vital importancia leer su palabra día a día, recordar sus promesas y lo bendecidos que somos por Dios. Lo que hizo, hace y hará por ti y por mí. Ciertamente es Dios mismo hablando en su palabra ¿Qué actitud tomamos al leer? ¿Realmente somos conscientes
que es Dios mismo hablando? Debemos tener un corazón dispuesto, alabándole y glorificándole.
¿Por qué? Cada segundo que estamos aquí, aun yo escribiendo esto y tú leyéndolo, son regalos del Señor, a cada segundo se manifiesta su amor.
Él jamás se olvida de ti.
Aplicaciones:
- ¿Te has olvidado del Señor? Reflexiona dónde (en qué lugar esta tu vida, tiempo y mente)
- Piensa, si no te sientes cerca de Dios ¿Qué habrá ocasionado eso? (Pecado, descuido, olvido) Pide perdón, vuelve al camino que es Jesucristo, estoy segura de que está más cerca de lo que piensas.
Fernanda Corona.
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