23/Febrero/2021.
“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.”
Lucas 17:5-6 RVR60
Romanos 10:17 RVR60
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
Hebreos 11:1-3 RVR60.
¿Te resulta difícil confiar en alguien? ¿Te has decepcionado cuando confiabas en los demás o incluso en ti mismo? Debes comprender que Dios es verdaderamente confiable y que la fe en Dios es lo que hace que todas las cosas sean posibles. Usa la fe que tienes, no importa cuán poca creas que es.
Tu fe en Dios crece cuando lees la Palabra, la estudias, la escudriñas. Este proceso produce conocimiento que trae entendimiento a tu mente y corazón. Tu espíritu se fortalece y tu fe se desarrolla. La fe no puede crecer lo suficiente escuchando una predicación una vez a la semana, durante una hora. Es necesario tener habitualmente el tiempo de intimidad con Dios, devocional, hora silenciosa o como quieras llamarle. Pero ese tiempo, te permite dedicar un tiempo especial a conocer más sobre Dios. También es necesario que te discípule un maestro de la palabra. Seguramente en tu congregación tienen un proceso de estudio para las personas que están comenzando en la fe. Habla con tu líder o tu pastor para manifestarle tu interés en ser discipulado. Estos tiempos te permiten compartir con una persona que ha invertido tiempo en su crecimiento y madurez espiritual, podrás hacer preguntas, compartir tus inquietudes, así como tus victorias día a día.
Una y otra vez Dios ha demostrado las grandes cosas que la fe puede hacer. Vive cada día con fe y comprende que Dios traerá grandes cosas a tu vida. En el capítulo 11 de la carta a los Hebreos, vemos que el autor escribe un listado de personas que creyeron en las promesas de Dios a sus vidas y a su descendencia. Muchos de ellos no vieron el cumplimiento de dichas promesas, como Abraham, pero sin embargo vio a un hijo, y en ese hijo vio la multitud que Dios le prometió. Hoy sabemos que esa promesa fue cumplida. En cambio, otros como Rahab, vieron el cumplimiento de la promesa inmediatamente y tanto ella como sus familiares no perecieron en la destrucción de las murallas durante la invasión a Jericó. El tiempo del cumplimiento de las promesas y milagros no cambia el poder de Dios. Para unos la respuesta es inmediata, para otros toma tiempo. Pero, lo que sí sabemos es que este proceso personal lleva a la madurez espiritual que cada día manifiesta a Cristo en la vida del hijo de Dios, cuando se ha dispuesto a aprender.
Tomado de: Serie de estudios - Rendirse a Dios.
Comentarios
Publicar un comentario