26/Febrero/2021.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”
Hebreos 12:1-3 RVR60.
En Gálatas el apóstol Pablo nos dice que el gozo es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) esto es, que cuando andamos conforme al Espíritu nos podemos encontrar en situaciones que causen en nosotros, no sentimientos que le agraden a nuestra carne, sino que sentimientos que alimenten a nuestro espíritu. En el libro de Santiago también se nos dice que debemos tener gozo cuando nos encontremos siendo probados (Santiago 1:2) y consecuente a ello vendrán más frutos del Espíritu como la paciencia. De esta manera podemos deducir que las situaciones que producen en nosotros gozo no son situaciones placenteras.
El gozo proviene del cumplimiento de la voluntad del Padre, esto lo vemos reflejado en la vida de Cristo mismo. “… el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” - Hebreos 12:2. Pablo en Gálatas nos lo plantea de una manera más comprensible, Jesucristo murió por nosotros para librarnos de nuestro pecado porque esta era la voluntad del Padre, y esto fue lo que le produjo gozo.
Los apóstoles fueron hombres que vivían en constate gozo, no porque siempre la pasaban bien sino porque ellos vivían siendo probados constantemente (Santiago 1:2). Y de cierta manera todos experimentaban el gozo en diversas circunstancias. Al apóstol Pablo le producían gozo los padecimientos que tenía por la iglesia de Cristo (Colosenses 1:24), y al apóstol Juan le producía gozo el oír que sus hijos andaban en la verdad (3 Juan 1:4). La escritura nunca menciona que a alguno de ellos le produjera gozo algo que hubiesen hechoellos mismo, porque el gozo no llega como consecuencia de nuestras acciones, sino como consecuencia de lo que el Espíritu Santo produce en nosotros. Entonces debemos ver el gozo con ojos espirituales porque jamás será algo que produzca el andar conforme a la carne.
Es importante remarcar que las tres personas de Dios juegan una un papel importante en el alcance de la obtención del gozo. Si Cristo no hubiese muerto por todos nuestros pecados y resucitado, el Espíritu Santo jamás hubiese morado en nosotros, ni nos llevaría a cumplir la voluntad del Padre que, y al no hacerlo, no produciría en nosotros múltiples frutos. Pero la voluntad de Dios fue que Cristo resucitara, que el Espíritu Santo morara en nosotros y así cumplir con la voluntad del Padre.
El gozo está fundamentado en la obra consumada de Cristo. Y este fruto nace del caminar en santidad, esto es, caminando en la voluntad del padre, por medio del Espíritu que mora en nosotros. En la medida que ajustemos nuestro caminar experimentaremos el obrar de Dios en nuestras vidas.
¡Estemos gozoso! Por cuanto Dios no ha sellado con aquel quien nos permite experimentar el gozo, y aprendamos a vivir sujetos a su voluntad, para que sean expresados en nuestras vidas el fruto que proviene de Dios.
Brenda Álvarez.
Comentarios
Publicar un comentario