18/Febrero/2021.
Romanos 15:1-3 NVI
Nosotros, los que sí sabemos lo que Dios quiere, no debemos pensar sólo en lo que es bueno para nosotros mismos. Más bien, debemos ayudar a los que todavía no tienen esa seguridad. Todos debemos apoyar a los demás, y buscar su bien. Así los ayudaremos a confiar más en Dios. Porque ni aun Cristo pensaba sólo en lo que le agradaba a ÉL. Como Dios dice en la Biblia: «Me siento ofendido cuando te ofenden a ti.
Esta semana en muchas partes del mundo se acaba de celebrar el día del amor y la amistad, pero ¿Cómo lo podemos demostrar cómo cristianos? En este pasaje de Romanos vemos algo de eso, en donde se nos enseña a no solo no tener contiendas, si no que va más allá y nos exhorta a tener unidad entre nosotros, para que la gente vea lo que hacemos, y puedan ellos también alabar y glorificar a Dios. Nuestro ejemplo también debe llevar a otros que no son Hijos de Dios, a serlo.
¿Qué es lo que necesitamos? El poder del Espíritu Santo... Y por eso al comenzar esta parte nos dice que debemos pensar en los demás, de una manera para despojarnos de nosotros mismos, igual que Cristo lo hizo.
Marcos 8:34-35 dice: Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
La vida cristiana se trata de negarnos a nosotros mismos. Primeramente, para así poder darle lugar a Dios a que sea él quien gobierne en nuestras vidas. Si nosotros queremos seguir teniendo el control de todo y haciendo lo que se nos dé la gana, nunca vamos a poder crecer en Cristo, porque no le estamos dando lugar a ÉL.
Y, en segundo lugar, también debemos negarnos a nosotros mismos cuando se trata de tratar a los demás, para poder amarlos y servirlos desinteresadamente de una manera que exalte a Dios. Con esto cumplimos los dos mandamientos más importantes: Ama a Dios, ama a tu prójimo.
Aplicación:
- Propongámonos vivir como hijos de Dios de una manera que sirva de ejemplo a los demás y haga ver a los que no son hijos de Dios, las cosas buenas que hacemos, para alabanza de su gloria.
Pastor Daniel Aguilar.
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