30/Marzo/2021
"¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!"
Apocalipsis 5:13
Como dice John Piper en su libro de “Alégrense las Naciones”, la adoración es nuestra meta como Hijos de Dios, para eso nos hizo. Adorarlo nos va a llevar a cumplir sus mandamientos, a evangelizar, a obedecer. Pero esas otras actividades no son nuestra meta, porque cuando lleguemos al cielo ¿a quién vamos a evangelizar? Nuestra meta es la adoración porque es lo que vamos a estar haciendo por siempre. Y allá nuestra adoración será perfecta, junto con todo lo demás que se perfeccionará. Si vemos el libro de Apocalipsis, que muchas veces nos da miedo leer, encontramos que en realidad es un libro de Adoración. En los capítulos 4 y 5 se nos describen momentos de Adoración. Primero vemos que hay un trono y alguien sentado en Él, es Dios quien está sentado en el trono reinando sobre su creación. Se nos sigue describiendo el trono y lo que pasa a su alrededor y las muestras de alabanza y adoración que le son dadas a Dios por su creación.
En el capítulo 5 vemos que no es solamente Dios quien está sentado. Nos damos cuenta de que Jesús también está con Él. Se nos presenta a Jesús como El León de la tribu de Judá, la raíz de David que ha vencido y es digno de abrir los sellos. Y por eso lo empiezan a alabar primeramente los ancianos alrededor del trono, después los ángeles, y finalmente se une toda la creación. Imaginémonos esa escena nada más. Toda la creación en el cielo y en la tierra, debajo de la tierra, y en el mar, adorando y glorificando a Dios por lo que ha hecho, y esta adoración se da continuamente!
Primero, vemos a Dios el Padre sentado en su trono, y recibiendo alabanza por su creación, después se presenta a Cristo como el único Rey y Señor, como el redentor, y eso lleva a una alabanza por parte de quien ha experimentado esa redención y justificación. Nosotros debemos seguir ese ejemplo y adorar a Dios y darle gloria en cada momento, sin importar la situación. Simplemente alabarlo y glorificarlo por lo que Él ya hizo, porque tiene todo bajo control y porque Él es el Rey. Además debemos tener nuestra mirada en lo que aún ha de venir…
Finalmente vamos a ver como gente de todas las naciones estaremos ante la presencia de Dios y no nos faltará nada, porque simplemente el estar ante su presencia va a ser todo lo que necesitemos. Pero no debemos esperar a que nuestra adoración continua sea una realidad hasta que estemos allá, porque todo eso todavía está por venir. Mientras estemos aquí debemos de tener esa satisfacción en Dios, tener una vida de adoración, y poder vivir toda nuestra vida para él, como preparación para lo que vendrá.
Aplicación:
- Dios siempre cumple lo que promete, y al final de este libro Jesús le promete a su pueblo: He aquí vengo pronto (Apocalipsis 22:7). Es por eso que debemos estar preparados, para poder responder como respondió Juan: SI, VEN, SEÑOR JESUS!
Ps. Daniel Aguilar.
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