25/Marzo/2021.
"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad."
2 Timoteo 2:15.
Estos últimos años hemos visto al mundo amanecer cada día peor, crisis por donde quiera, la sociedad parece más perdida. Pero también he podido presenciar que muchos cristianos han tomado una convicción fuerte en cuanto a defender lo que creen y una pasión por servir a Dios, por alcanzar aquellos que aún no han escuchado el evangelio de Cristo. Por mi círculo social donde más me desarrollo, puedo decir que la mayoría en que he visto esta actitud de servir a Dios son jóvenes y adolescentes, veo que se emocionan por ser parte de su iglesia local, están apasionados por hablar de Jesús, de ser de impacto para su comunidad, y no quiero que se malentienda, me da mucha alegría ver a jóvenes entregados por el servicio a Dios, pero, también he observado algo que deberíamos poner atención.
Hoy en día escucho entre las pláticas de grupos de jóvenes en querer volverse radicales, en ser personas de impacto, trascendentales para nuestra comunidad, líderes, ser creativos, en tener una alabanza avivada, un equipo de multimedia y redes sociales, y quiero aclarar que no necesariamente está mal el querer dar a Dios lo mejor de nuestra adoración. En buscar medios distintos para conectar con la juventud. Pero antes de querer tener todas estas cosas y el equipo más moderno para tus servicios dominicales, te invito a reflexionar en el siguiente texto. 2 Timoteo 2:15 Pablo le escribe estas cartas a Timoteo quien era un joven ministro, que se encontraba sirviendo en medio de una sociedad difícil, una sociedad inmoral y pérdida. Y al igual que muchos jóvenes imagino que Timoteo tenía esa misma pasión por servir, por eso mismo, el apóstol Pablo le menciona en este texto algo que nosotros deberíamos tomar en cuenta antes que otras cosas.
"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado..." Pablo le menciona esto a Timoteo, porque él debía ser testimonio para la sociedad a la que estaba predicando. El tener el equipo más sofisticado, las luces, video de bienvenida, staff, etc. Es muy bonito, no lo voy a negar, pero preocupémonos primeramente por estar aprobados delante de Dios. Que el mensaje que predicamos en el púlpito concuerde con tu vida en intimidad cuando nadie nos está observando. Que la misma devoción que muestras al estar en el altar dirigiendo la alabanza o sirviendo en otra área sea la misma cuando estés en momentos a solas con Dios.
"Como obrero que no tiene de qué avergonzarse..." aquí Pablo nos recuerda nuestra identidad en Cristo, que él nos ha perdonado y nuestras culpas fueron quitadas, no volver a vivir siendo esclavos de ese pecado que nos avergonzaba y también nos recuerda que somos obreros, somos siervos de Dios, no estamos haciéndole un favor a Dios. No sirvamos con la intención de tener los reflectores encima o para querer mostrar nuestros talentos, sirvamos a Dios fielmente para que su nombre sea reconocido.
"Que usa bien la palabra de verdad..." en el versículo anterior (v14), Pablo menciona a Timoteo que evite discusiones vanas que no son de beneficio para nadie, y aquí es donde debemos poner sumamente cuidado, ser fieles a la palabra y predicar el evangelio de Jesús, no diluyendo el mensaje y cuidar de estar en el otro extremo de querer ser “los reformadores de las redes sociales” atacando aquellos hermanos que tiene un punto de vista diferente al nuestro, o aquellos que, en veces puede que no están del todo correcto, pero para eso Dios nos llamó al ministerio, para enseñar correctamente su palabra, siempre con una actitud de servir a nuestro prójimo.
Aplicaciones:
- Si Dios te ha llamado a servirle en el lugar que sea, antes de querer innovar, ser creativo, radical o trascendente antes de querer impactar tu comunidad deja que el evangelio y la palabra del Señor impacte tu corazón.
- Y cada vez que tengas la oportunidad de servir recuerda estas verdades:
- Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado.
- Como obrero que no tiene de qué avergonzarse.
- Que usa bien la palabra de verdad.
Mario Zavala.
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