17/Abril/2021
"Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo.”
Salmo 27 (enfoque en 27:4) LBLA.
Si pensamos en este Salmo y lo que significo esta petición de David (aquel hombre elegido por Dios para ser Rey, el cual peligro su vida por enemigos, y a quien se le atribuye este salmo), podemos darnos cuenta de que su petición era aquello que buscaba: habitar en la casa del Señor todos los días de su vida (“habitar” nos habla de un constante regresar a un lugar, es decir que oraba y buscaba fuera algo constante en su vida) con 2 objetivos:
- Contemplar la hermosura del Señor
- Meditar en su Templo (el cual era la carpa en donde habitaba la presencia de Dios).
Al leer el Salmo en su totalidad podemos ver que las circunstancias de David eran complicadas al estar llena de enemigos, sin embargo, podemos apreciar que pese a ello su confianza a Dios, era por que conocía personalmente quien era ÉL al grado de que su petición no estaba en busca de que se quitara todos sus malos tiempos, sino de buscar y contemplar a Dios pues sabía que en lo demás podía confiar plenamente en ÉL.
Al considerar los versículos 2, 3 y 11 vemos que sus enemigos eran personas que se juntaban para atacarle, testigos que hablaban mentiras de él y hombres crueles (el Salmo 3 y 31 también nos dan una mirada de sus enemigos), era de esperarse que su oración fuese ser librado como en otras oraciones de David (Salmo 3 o 31), más sin embargo como ya vimos en el versículo 4 su petición fue para estar cerca del Señor y contemplarle. Ahora bien, si nos ponemos a pensar en las oraciones que con dedicación y que de vez en cuando dejamos salir de nuestros labios al considerar la situación que rodeaba a David, ¿No sería de esperarse que el enfoque fuera que se solucionara el problemita que nos acecha? de hecho hasta podríamos llegar a pensar que este Salmo hace esa petición pero si nos detenemos a examinar cuidadosamente, podemos percatarnos de que David ya daba por hecho que aunque sus enemigos quisieran atacarle no tendrían éxito pues antes ya los había visto caer (V3), había visto la protección de Dios al ser su Refugio (V5), estaba seguro de que Dios levantaría su cabeza sobre ellos (V6), de que su ayuda siempre había venido del Señor (V9), de que podía contar con la seguridad de que Dios no se olvidaría de él (V10) y aun sabía que Dios le guiaría y enseñaría el camino ante sus enemigos pues estaba seguro de la bondad de Dios hacia él en esta tierra (V11-13).
Los versículos 1 y 9 nos enseñan una declaración de quien es Dios personalmente para David y porque pese a los enemigos su corazón podía aguardar en el Señor pacientemente y así esforzarse y alentarse (V14) pues dice: “El Señor es mi luz y mi salvación, El Señor es la fortaleza de mi vida;Dios de mi salvación” (V1 y V9), en ellos vemos que la confianza de David se encontraba en el objeto de su fe (Dios) pues también a la par a estas declaraciones nos dice: “¿A quién temeré?, ¿De quien he de atemorizarme?” y en el versículo 3 que supone circunstancias adversas, como ataques de guerra contra él, menciona: “no temerá mi corazón; a pesar de ello, estaré confiado” e incluso en el versículo 13 nos confirma su sentir: “Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes.”
David implora que Dios no esconda su rostro de él en el versículo 7 haciendo así referencia a que esperaba contestación de su clamor (ref. Salmo 102:2 y 69:17), animando a los que confían a esperar en Dios como también observamos en otros Salmos (31:23-24 y 40:1). Esto me deja pensando cuando busco a Dios o incluso de mi boca salen palabras ante ÉL, ¿Cuál es mi oración? ¿Cuál es la intención de mi corazón al buscarle? ¿En busca de que estoy? ¿En busca de contemplar su hermosura y meditar en el refugio que tengo en ÉL o en búsqueda de que sea solucionado mi problema o inclusive de simplemente llenar una tarea más, o de poder compartir un mensaje delante de otros, o de buscar de una vez por todas dar check-list a un compromiso que tengo e involucra acercarme a ÉL? ¿Estamos en búsqueda de o en busca de ÉL?
Aplicaciones:
- No se trata de solucionar el problema sino de buscarle a ÉL, porque dichoso es aquel que en Él encuentran su refugio, aquel que está cerca de ÉL pues ÉL nos sacia de su bien y que bien mayor que contemplarlo a ÉL, quién nos ha dado entrada al lugar de su presencia, a Cristo Jesús quien las puertas abrió para acercarnos al dulce hogar que trae descanso al alma (Salmo 65:4; 31:19-20, Hebreos 4:16).
Jazmín Suárez
Jazmín es graduada del Seminario Bíblico Río Grande, en Edinburg, Texas, USA. Mexicana, apasionada por las misiones. Jazmín sirve en una misión-iglesia, en la ciudad de Guadalajara. Jazmín es nueva colaboradora del Proyecto Inspira.
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