16/Abril/2021
“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.”
Mateo 5:1-4
Esta es la historia de un joven que estudiaba la preparatoria donde obtenía las mas altas notas de su clase, en casa es un ejemplar hijo, obediente, y responsable. Este joven como muchos de nosotros le encantaba estar en la iglesia, servir en el ministerio, en los momentos que se requería brindaba servicio en su iglesia, aportaba ideas para ministerios nuevos y gracias a estas ideas se convertían en ministerios exitosos, al parecer la vida de este joven es la vida que todos los cristianos anhelamos tener pero hay un gran detalle en la vida de el. Su vida estaba regida por su egocentrismo, es decir, todo concluía en que el podía hacer las cosas sin ayuda de nadie, confiaba en sus cualidades como humano para todos sus logros, tanto en la escuela, en su casa y también en su iglesia. Lo que hacia por la iglesia e motivaba a seguir aportando ideas para esos ministerios exitosos, Este joven como muchos de nosotros hoy en día no era pobre de espíritu. Este joven se llama COMO TÚ.
- Verso 1: Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
En el primer verso podemos notar que Jesús había dejado a la multitud, ya que el andaba predicando (Mt 4:17) y sanando a todos los enfermos (Mt 4:23-25), subió al monte para predicar el famoso sermón del monte, pero con un solo detalle que este sermón es solamente para los puros discípulos. La palabra discípulos significa literalmente los que aprenden.
- Verso 3: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
La palabra bienaventurados tiene como sinónimo dichoso o feliz, pero la palabra feliz es una traducción pobre en significado, la palabra dichoso es la que se acerca mas a la realidad y este verso en la Biblia NVI viene traducido como dichoso. Las bienaventuranzas las podemos entender de 3 maneras distintas:
- Son un código de ética para los discípulos y norma de conducta para todos los creyentes.
- Contrastan los valores de reino (lo que es eterno) con los valores mundanos (lo que es temporal).
- Contrasta la fe superficial con la fe verdadera que proviene de Cristo.
Los pobres de espíritu son todas aquellas personas que reconocen su pobreza espiritual, ellos conscientemente dependen de Dios y no de si mismos. Ellos son pobres interiormente; incapaces de agradar a Dios por ellos mismos. La pobreza de espíritu no es algo que se puede poner por encima, sino que es algo que se trata del carácter interior (espíritu), tampoco significa una pobreza terrenal y mucho menos tiene por significado ser espiritualmente pobre. Pobre (diccionario secular): Que no tiene lo que necesita para vivir o desarrollarse o tiene muy poco.
Lucas 6:20 dice: “Bienaventurados, vosotros los pobres”, pero tiempo después la palabra pobres era una expresión empleada muy a menudo por “piadosos” en contraste con los perversos y opresores de los pobres. El teólogo Edgar Goodspeed menciona que para el la mejor traducción de dicho verso seria: “Dichosos los que sienten su necesidad espiritual.” Esta es la esencia de un verdadero creyente, un verdadero cristiano ¿Esencia? R= Es la idea que hace que algo sea precisamente eso, y no sea otra cosa. Por ejemplo ¿Que hace que una puerta siga siendo puerta aunque yo le cambie el color, el tamaño o el diseño?
Pobre de espíritu es:
- Toda aquella persona que no pone su corazón en las riquezas de este mundo y aun así vive contento
- Pobre de espíritu es quien teniendo riquezas en este mundo, esta dispuesto como Job a bendecir a Dios cuando se las quite.
- Pobre de espíritu es aquel que a perdido toda confianza en su propia justicia y en sus propias fuerzas, reconociendo que depende totalmente del merito de la obra de Cristo y del poder del Espíritu Santo. (Fil 3:3)
- Pobre de espíritu implica un quebrantamiento del corazón (Sal 51:7)
- Pobre de espíritu implica una total dependencia de Dios, esto quiere decir VIVIR POR LA FE. (Jn 15:15)
Porque es un conectivo de razón la cual nos da la razón de ser pobres de espíritu y esta es que de ellos es el reino de los cielos. ¿Pero que significa el reino de los cielos? La palabra reino puede referirse tanto al territorio gobernado por un rey como a la acción misma de gobernar y particularmente en esta frase quiere decir que los pobres de espíritu son los que se beneficiaran del reinado de Dios, es decir, la vida eterna adorando al Señor nuestro Dios (1 Pe 1:4).
La esencia de esta bienaventuranza nos enseña que:
- Los pobres de espíritu son escogidos por Dios (1 Co 1:28-29)
- Los pobres de espíritu son llenos por Dios (Is 57:15)
- Los pobres de espíritu son ricos en fe (Stg 2:5)
- Los pobres en espíritu son divinamente cuidados (Is 66:2)
Ilustración: Mateo 19:16-22
- Verso 4: Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
De nueva cuenta se vuelve a repetir la palabra bienaventurado pero la mejor y más apropiada traducción es dichosos. Cuando una persona se da cuenta que esta en bancarrota de todo flujo espiritual que lo haría aceptable a Dios por sus propias fuerzas, en ese preciso momento seremos de los que lloran. El doctor Lloyd Jones escribió lo siguiente: “El llorar es algo que sigue a la necesidad de sentirse pobre de espíritu”. Los que lloran se refiere al lamento por el pecado, a la tristeza piadosa que produce el arrepentimiento que lleva a la salvación sin pesar alguno (2 Co 7:10). Algunos cristianos que tienen muchísimos años en el ministerio se dan cuenta día a día cuanto les falta para ser semejantes a Cristo y lo lamentan. Solo un cristiano superficial puede sentirse complacido consigo mismo. Es decir, solo un cristiano superficial puede sentirse confiado con lo que el hace para Dios. La promesa para los que lloran, es porque ellos recibirán consolación y esta acción solamente la puede realizar Dios primeramente nos da el consuelo del perdón y después recuperar el placer de la comunión con Dios.
Por tal motivo quedémonos con lo siguiente:
- Dependamos totalmente de Dios para que controle nuestras vidas.
- Dependamos de Dios siendo pobres de Espíritu.
- Dejemos que Dios consuele nuestros corazones.
Aplicaciones:
- Cuando sirvamos en nuestra iglesia durante la semana o los fines de semana, dejemos que Cristo sea el que hace las cosas en nuestro lugar.
- Cuando nos damos cuenta de que la regamos en nuestras decisiones con nuestros familiares, compañeros de trabajo, amigos, hermanos de la iglesia o pastores, acudimos a pedirles perdón por las actitudes erróneas para así poder mostrar el arrepentimiento o en otras palabras el carácter de Cristo.
- En cualquier actividad que realices durante la semana ¿Qué tanto dependes de tu fuerza o tus esfuerzos para sobresalir? Recuerda que tu solo eres un instrumento en manos de tu creador, Dios es quien te va a usar conforme a su propósito.
Yamil García
Yamil es mexicano, graduado del Instituto Bíblico La Roca, con un profesorado en Teología. Yamil ha servido parte como misionero y parte como encargado de un centro de entrenamiento misionero. Yamil es casado y es nuevo colaborador de Proyecto Inspira.
Comentarios
Publicar un comentario