25/Mayo/2021
"Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras."
Mateo 26:36-44.
Muchas veces he orado y me he preguntado cuál es la voluntad de Dios para mi vida. Incluso he cuestionado en mi corazón si en verdad la bondad nace de Él y se refleja en Sus planes, en Su voluntad. Dudo que la veré en el futuro en mi propia vida y en la de otros, a pesar de lo que dijo el salmista en Salmo 27:13 que era la causa de su firmeza (Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes RVR60). Temo que dentro de Su voluntad esté un terrible accidente y llegue a perder algo que valoro profundamente, o me diagnostiquen una enfermedad que conlleve mucho dolor y sufrimiento, o caiga en pobreza extrema.
¿Acaso creo en un Dios que puede llevar a cabo sus propósitos en mí solamente a través del sufrimiento? ¿No fue el mismo Dios que llamó “bueno” a todo lo que Él creó perfecto, limpio, sin defecto al principio de los tiempos? ¿Por qué Pablo describe Su voluntad como buena, agradable y perfecta después del sufrimiento que experimentaba y lo rodeaba? Lo que veo en medio de Mateo capítulo 26 es a Jesús, Dios hecho carne, orando para que si fuera posible, pasara de sí la copa que estaba a punto de beber: ser recipiente de la ira justa de Dios en mi lugar, vivir las consecuencias de la maldad en mí, para pagar por mi pecado - que conozco bien - y quitarlo de mí, pararse como Intercesor, Mediador, Abogado a mi favor, Camino y mi Justicia delante del Padre. Casi puedo escuchar saliendo de las páginas de la Biblia el clamor de Jesús a Su Padre, y sé que Él no ignoró Sus palabras.
Sin embargo, ambos conocen que es la misma voluntad buena, agradable y perfecta a la que Jesús obedeció cuando fue llevado como un manso cordero al matadero, crucificado en la cruz del Calvario, pero TAMBIÉN resucitando con poder al tercer día y siendo el primogénito de entre los muertos. Ahora Él es glorificado a la diestra de Su Padre por Su perfecta obediencia. Ahora Él recibe la adoración de Sus redimidos por Su sangre y debajo de Sus pies está todo dominio.
Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:1-2 NBLA). Nuestra definición de “bueno, agradable, perfecto” tiene que cambiar. Tiene que cambiar a lo que Dios llama “bueno, agradable y perfecto”. La realidad es que yo no soy el centro del universo. Sus definiciones no son las mías.
Son mucho más altas y profundas, motivadas por amor puro, amor a Su nombre, a Quien es Él, y por consecuencia un amor inalterable hacia mí. Los planes y el propósito de Dios no giran en torno a mí, a mis miedos, o las bendiciones que Él ya me dio y me dará, pero simplemente sé y poco a poco he entendido que las recibo y las seguiré recibiendo POR GRACIA solamente, porque no depende de mí, sino que sencillamente Dios no puede dejar de ser Quien es: Bueno, Santo (no puede pecar contra mí), Perfecto, Hermoso. Él es el mismo ayer en el dolor, hoy en el gozo, mañana en la esperanza que nos aguarda.
Mariana Cordero
Estudiante de Psicología | Líder del Ministerio de Alabanza | Colaboradora del Proyecto Inspira.
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