13/Mayo/2021
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.”
Daniel 1:8
Cuando Jerusalén fue invadida por Nabucodonosor los Israelitas fueron llevados a Babilonia. El rey pidió que jóvenes de la familia real y la nobleza de Israel fueran a servirle, estos jóvenes debían cumplir algunos requisitos:
- Debian ser apuestos y sin problemas físicos.
- Tenían que tener la habilidad de aprender de todo
- Debian ser aptos y sabios.
Estos muchachos recibirían educación en la lengua babilónica y su literatura. La preparación duraría 3 años. Había 4 muchachos con convicciones fuertes, sus nombres eran Daniel, Ananias, Misael y Azarias a quienes se les cambió de Nombre a Daniel por Beltsar, Ananias por Sadrac, a Misael por Mesac, Azarias por Abednego. Les cambiaron de nombre para que comenzaran una nueva vida como parte de los babilonios, con otra residencia. El propósito de esto era que abandonaran sus creencias y a su Dios. A ellos se les asignó comida y vino real.
Sin embargo, Daniel y sus amigos decidieron no contaminarse y optaron por comer verduras y legumbres para no desobedecer a Dios. En Éxodo 34:15 Dios les dijo a los Israelitas lo siguiente:
“Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios”
El rey Nabucodonosor era muy religioso y su comida la ofrendaba a sus dioses paganos, es por eso que Daniel y sus amigos tomaron la decisión de no contaminarse; ellos tenían grabados en su mente y en su corazón los mandatos de Dios. Todos los jóvenes que fueron llevados para recibir la educación del rey y posteriormente servirle eran Israelitas esto significa que todos conocían la ley de Dios, pero a muchos no les importo y decidieron apartarse de su camino y adaptarse a las costumbres y tradiciones de los Babilónicos.
A sí mismo hoy en día hay muchos “cristianos” ahí afuera que están en el mundo y se hacen uno más del montón, tratando de encajar en vez de buscar hacer la diferencia. Como hijos de Dios debemos buscar marcar una diferencia, mostrar que es lo que nos hace diferentes a este mundo y mostrar en nuestras vidas a Cristo, debemos proponer en nuestros corazones no contaminarnos y cuidarnos de todo aquello que pueda contaminar nuestra mente y corazón, todo lo que consumimos, lo que vemos y escuchamos, todo aquello que sabemos que no le agrada a Dios.
Sin embargo, muchas veces se confunde no contaminarse con: no llevarse con gente no cristiana, y esto no es así, como hijos de Dios estamos llamados a ser luz (Mateo 5:14-16).
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”
Daniel a pesar de que decidió no contaminarse él no se escondió con sus amigos a comer. Al contrario, podemos ver que Daniel era alguien muy Sociable y amigable que contaba con el favor de Dios lo que le trajo muchos amigos al igual que enemigos. Cuando el estudio la literatura babilónica él no se espantó y no hizo escándalo. Por el contrario, Daniel respeto sus creencias, pero él no se contaminó, él no se hizo uno más de ellos. Y con su vida y las cosas que Dios hizo en ella, mostró a los demás quien es el único Dios verdadero y la magnitud de su poder. De la misma manera nuestra vida y lo que el Señor haga en ella debe reflejar a los demás a Cristo.
De nuestra boca debe salir el mensaje de salvación y nuestras acciones deben mostrar una diferencia llamada “Cristo”. Recuerda que Cristo vino por personas como nosotros, así como tú y como yo, pecadores que admitimos que nos equivocamos, que no somos perfectos y es por su gracia que somos salvados, que somos perdonados.
Aplicaciones:
- No te escondas detrás del término no contaminarse para aislarte del mundo al contrario sé luz en él.
- Aprende en este mundo, pero no te conviertas a este mundo.
- Graba en tu mente y corazón la palabra del Señor y como Daniel y sus amigos propón en tu corazón no contaminarte.
Montserrat González
Estudiante de Lic. en Teología | Líder de jóvenes | Colaboradora Proyecto Inspira.
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